En los últimos meses, he estado siguiendo más de cerca las discusiones regulatorias sobre el mercado brasileño de apuestas deportivas. Mi intención es monitorear y contribuir a la implementación del decreto presidencial que regulará el mercado de apuestas deportivas en el país.
La Ley N° 13.756, firmada el 12 de diciembre de 2018, tendría que ser implementada en diciembre de 2022. Lamentablemente, este plazo ha vencido y aún no hemos tenido la publicación de la esperada e imprescindible normativa por parte de nuestro Ministerio de Economía.
En términos amplios, la regulación podría justificarse con un trípode de beneficios para nuestro país:
1 – Impacto económico: recaudación de impuestos directos, inversiones y creación de empleo formal – este mercado solo en 2021 movió más de R$ 100 mil millones en apuestas en el país.
2- Prevención de la Ludopatía. O como decimos en el segmento, la adopción del Juego Responsable: aquí tendríamos campañas de concienciación y monitoreo preventivo de la actividad para proteger a los consumidores y mitigar la compulsión por las apuestas deportivas;
3 – Integridad del deporte: al organizar y exigir el seguimiento ostensible de los eventos deportivos, aseguramos la transparencia de las competiciones no solo en Brasil, sino también en el exterior.
Como miembro del sector, me siento responsable de promover esta agenda. Y mantengo la esperanza de que la regulación suceda pronto, incluso si se retrasa formalmente.
La esperanza gana fuerza con un nuevo gobierno, que se espera sea más sensible a los beneficios de la regulación.
Avancemos a favor de un mercado formalizado y sostenible.
Y tú, ¿qué opinas de los próximos eventos del sector?
